Fahrenheit 451 no es solo una distopía clásica: es una feroz advertencia sobre los peligros de la censura, el control mediático y la apatía intelectual. Publicada en 1953, la novela anticipa con inquietante lucidez la banalización del pensamiento en la era del entretenimiento, la sobreinformación y el olvido de la palabra escrita. Bradbury construye un mundo gris donde el fuego purifica lo que incomoda: las ideas.