La novela sigue a Frankie, un joven marcado por la violencia, la marginalidad y las tensiones familiares, cuya vida se construye en torno a la música y los autos como símbolos de identidad y escape. A través de una prosa intensa y fragmentada, Luis Gusmán retrata la adolescencia, el deseo y el desencanto en un contexto urbano cargado de dureza y contradicciones. Es una historia sobre la búsqueda de sentido en medio de la soledad, la violencia y la necesidad de pertenecer.
Sudamericana