Ernesto llega al cruce de Directorio. Espera paciente la luz verde que se avecinará, o no, en la penitencia del día que pidiendo disculpas exhala sus últimos fuegos. Andrea se mueve como si despertara. Respira. Su cuerpo hace contacto y por inercia trata de incorporarse, extenderse. Manuel avanza con lentitud, como pisando hojas de otoño. Pedro camina. Ya es un zombi, un espectro de sí mismo que agota sus últimas fuerzas proyectándose hacia todo lo que muere. Andrea, Manuel, Pedro, Mariana, el Tuli, Gerardo, Ernesto, el Tucumano, los dos gorilones, el Hormiga, todxs perdidxs, arrojadxs de cara al olvido, olvidadxs.
La Máquina Eterna
ISBN 9789874805386