Extractos personalísimos sobre Salero: una anotación al margen. Enredo de palabras y saltos al vacío, de sincopados y pausas violentas. De pronto, un claro de día, un manantial, una frase precisa, doliente, brillante. Quien escribe se hace pedazos. Una reflexión inspirada: desarmar, desenmascarar los mecanismos. Inventar un nuevo lenguaje, uno que diga diciendo, que se manifieste enorme y complejo para luego retirarse anunciando que, al menos ahí, nunca hubo nada. Una inspiración reflexiva: el amor no vuela, se arrastra compulsivamente... y lo bien que hace. ¡Muerte eterna a los altos cielos! ¡Que viva el bajo fondo, las madrigueras y el deseo entre los pies desnudos de la gente pobre! ¡Que muera el amor, de todas maneras! Cuatro preguntas y una reflexión. ¿Se escribe de lo que no está? ¿De lo que no hay? ¿De lo que fue? ¿Para qué se escribe? Se escribe. Una cita final que esclarece, anula, afirma e ilumina todo lo anterior: la poesía nos desborda.
La Máquina Eterna
ISBN 9789874805355